Todos somos transmediáticos
Baudrillard nos dice que los signos que distinguen un sexo de otro se han difuminado y ahora todos somos transexuales. Para él lo esencial, el goce, no ha cambiado. Lo que ha mutado son los referentes, los signos, los artificios. Lo mismo sucede con las historias y se puede decir que todos somos transmediáticos. Dada la aparición de nuevas maneras de acceder a los contenidos, de consumir las historias, el arte de narrar se ha transformado. Ha mutado, en un travestismo de videos, fotos, canciones y plataformas, a lo transmedia.
El medio es el mensaje
Neil Postman, en su ensayo “Divertirse hasta morir” nos dice que cada invención humana trae consigo una nueva mirada sobre lo real. Así, la invención del microscopio, que nos permitió ver, con detalle, lo que a simple vista estaba oculto, dio paso al psicoanálisis. El telégrafo nos acercó, pero cambió los discursos públicos, dando prioridad a la inmediatez, a lo irrelevante, por encima de lo profundo. La televisión dio paso a un mundo dominado por el “show bussines”. Entonces, el medio, como dijo Mcluhan, es el mensaje. En esta era de la transmedialidad, pues, cabe preguntarnos ¿cuál es el mensaje?
Un ecosistema transmedia
Sin duda lo transmedia es una nueva forma de estar juntos. Una nueva realidad, construida con otra lógica. Una lógica discursiva particular, enfocada en captar nuestra atención, en llevarnos, de una plataforma a otra, como nómadas, como exiliados que buscan un nuevo hogar. Es, como también dijo Mcluuhan, un ecosistema que evoluciona. Una selección natural de las especies narrativas. Lo transmedia, su mensaje, es de supervivencia. Entonces, la narración, es un animal que se adapta a los medios para encontrar su alimento de cada día: la atención del espectador. En este ecosistema, no obstante, se produce un cambio de paradigma: el receptor del mensaje ya no es pasivo. Hace parte de la creación de sentido y expande, con su curiosidad, con su pasión y con su manera de comunicarse, los relatos que consume. Pasa de consumidor a prosumidor. Es decir, que su voz es escuchada, que sus preguntas nutren el mensaje, que produce. Así surgen los fandom, las comunidades de lectores como Goodreads y los hilos de twitter.
Un corpus
Todos somos transmediáticos. Nuestros cuerpos, nuestra presencia, atraviesa distintos medios. Somos y estamos en varias plataformas. En todas participamos aprobando, opinando o desechando. Somos transmediáticos porque los discursos que nos configuran, el corpus de libros, canciones, podcast, videoclips, películas, videojuegos, ideas e imaginarios, forman un Frankenstein de hipervínculos, de referencias, de diálogos. Todos somos transmediáticos: inevitablemente, a través de nuestros smartphones, alimentamos este animal protéico. Este mestizaje de medios que es nuestra realidad.
Por Gabriel Rodríguez
La lectura requiere concentración y tiempo. Accedemos a los textos con múltiples propósitos y todos, sin excepción, demandan de nuestra parte una dosis considerable de atención. Para ello, desde Altazor Escritura Creativa, hemos pensado en una estrategia para leer de forma eficaz, gestionar el tiempo de lectura y comprender lo que los textos nos ofrecen.
1. La lectura como trabajo
Asumir la actividad de la lectura como un trabajo implica planificar. Antes de emprender la lectura de una novela, de un artículo académico o de un ensayo, en necesario que tengamos muy claro el objetivo de la lectura. Haz una lista donde expongas tus expectativas y objetivos de lectura y distribúyelos en pequeñas cápsulas de tiempo. Estas cápsulas representan los momentos del día que le dedicarás a la lectura durante la semana. Esto nos ayudará a enfocarnos y a leer con una actitud determinada: la actitud de quien busca, de quien investiga, de quien persigue una meta. Ponte plazos para cumplir tus objetivos de lectura, eso te ayudará a distribuir las cápsulas de forma realista y acorde a tus necesidades (por ejemplo, cuando tienes que entregar un trabajo en la universidad). Descarga nuestro planner semanal y administra tu semana de lectura
2.Perderle el respeto al texto
Es importante, además, que dejes tu huella en el texto. Para ello, debes subrayar y glosar. El gesto de leer con un lápiz en la mano nos predispone a seleccionar, a dialogar con las ideas expuestas por el autor en su obra, indicando aquello que nos llama la atención, aquello que nos aporta en la construcción de sentido. De ahí la importancia de la glosa: dejar comentarios a pie de página o al margen, que expresen lo que el texto genera en nosotros. De esta forma nos relacionamos con el texto de tú a tú, sin miedo a rayarlo, a marcarlo, a producir conocimiento en sus propias páginas. Se trata, en este punto, de hablar con el autor, de confrontar sus ideas. Te recomendamos que uses las macrorreglas textuales para la tarea de subrayar y glosar
3. Técnica Pomodoro
Con la ayuda de este método para gestionar el tiempo, ideado por Francesco Cirillo al final de la década de 1980, podremos distribuir la lectura en franjas de 25 minutos (pomodoros), libres de distracciones, separadas por pausas de 5 minutos. Dedicarle un tiempo fijo a la lectura, sin “ladrones de tiempo”, nos permite adentrarnos en el texto, nos aleja de la procrastinación y nos permite forjar una disciplina y un ritmo de lectura eficaces. Así, las cápsulas que hemos planeado serán más provechosas. En la red encuentras muchos temporizadores, como tomato timer para que puedas gestionar tu tiempo de lectura
4. Diario de lectura
Es preciso que cambiemos nuestra forma de relacionarnos con los textos. Ser lectores activos, autónomos, creativos. Para ese fin, debemos pasar de una lectura de consumo a una lectura crítica. Por tanto, vamos consignar, en un cuaderno o en un archivo de Word, nuestras impresiones, interpretaciones e ideas, producto de la lectura. El comentario es una actividad común, que hacemos de forma informal y espontánea, y que da cuenta de una comprensión textual. Nuestro trabajo consiste en sistematizarlo. Desde Altazor te sugerimos que dividas tu comentario en tres segmentos, estableciendo tres redes con el texto: la red temática, la red explicativa y la red enunciativa. Así consignarás en tu diario, de forma condensada, el tema y las ideas más importantes, el propósito y el punto de vista del autor y expondrás un juicio estético. Te proponemos que estructures tu diario de lectura en forma de resumen crítico.
Recuerda que cada lector se acerca al texto desde su realidad y su experiencia, por tanto, estas recomendaciones deben adaptarse a tus necesidades.
Gabriel Rodríguez
Director de Altazor Escritura Creativa