Releer y reescribir

C. S. Lewis nos dice: «Nunca podremos saber si un texto es malo, a menos que hayamos empezado por tratar de leerlo como si fuera bueno, para luego descubrir que con ello el autor estaba recibiendo un elogio que no merecía». La expectativa, entonces, es un elemento crucial para la experiencia lectora. Debemos acceder a los textos con la intención de descubrir. Para quien busca, todo texto esconde un aprendizaje.

Debemos encontrar un método que nos permita mirarnos en el texto. Un método para descubrirnos en las palabras de otros, para entender la lógica interna del texto y habitarlo. Encontrar la forma de escalar la montaña, de dialogar con sus accidentes, con sus desafíos. Y es que las palabras en un texto solo se mueven, solo hablan, si acudimos a ellas con la esperanza de abrazarlas y reconocer en ellas un saber que ya nos pertenecía, pero que desconocíamos; porque las palabras son mudas hasta que las escuchamos, así como una montaña es alta hasta que conquistamos su cima. Leer atentamente, con un método, es abrir nuestro mundo a las palabras, a sus caminos y escalarlas para algo más que enunciar una interpretación: leemos para transformarnos como escritores.